Debo reconocer que no soy
economista y que si me meto en este campo de la ciencia es porque los especialistas
en la materia, en tiempos críticos, no se ven, ni se oyen, ni se sienten. Uno ve
pasar las oportunidades y echa un grito para que alguien las aproveche.
Por ejemplo, los consumidores nacionales
que en muchos casos disponen de amplios márgenes de poder adquisitivo, muy
superiores al umbral de subsistencia, pueden influir en mejorar la actividad económica
del país, con su consumo.
En efecto, la posibilidad de
influir positivamente sobre la situación del sistema económico nacional, está en manos de mexicanos que deciden sobre el manejo de los
propios destinos financieros.
Ante esto, sería recomendable que
la clase con altos ingresos en México mantuviera un elevado rango de gastos
personales y de negocios, para que movieran la economía y así ayudaran a los
pobres a mitigar su hambre, a sufrir la falta de empleo, a sobrellevar con
dignidad su miseria.
Una simple casa-habitación, que
alguien se decida a construir, se convierte en ingresos para: albañiles,
yeseros, pintores, carpinteros, plomeros, jardineros, electricistas,
dibujantes, veladores. Además, es una buena inversión para el propietario y una
gran satisfacción personal para todos.
La utilización del propio
poder adquisitivo debe ejercitarse ante las exigencias de la justicia y de la
solidaridad, esto es, el deber de ayudar con lo propio, “ya superfluo”, y a
veces incluso con lo propio “necesario” para dar al pobre lo “indispensable”
para vivir.
No obstante que las
estadísticas hablan de una economía sana,
tras la crisis quedó una parálisis que está frenando el despegue del país y mantienen
parados los sistemas nacionales de producción, distribución y servicios, lo que
se traduce en desempleo. Mucho se teme y sería lo peor, que esta atonía económica
estuviera orquestada por oscuros intereses.
La vida de miles de fábricas,
comercios, hoteles, restaurantes, despachos, constructoras, agencias de viajes,
mueblerías, consultorios, periódicos, distribuidoras de autos y muchísimos
otros negocios, dependen del gasto de todos.
¡Así pues, quien tenga para
gastar, que gaste para ayudar!
Esta podría ser una campaña
promocional. ¿Quién la diseña?
¿Quién o quienes la secundan?