sábado, 10 de diciembre de 2011

171.- POLITICO VALIENTE


En la administración pública siempre hay un cúmulo de problemas  importantes que atender, algunos políticos se achican al enfrentarse a ellos y otros se agigantan ante el reto, según su temple. Felipe Calderón, al finalizar su quinto año de gobierno, ya podría ser considerado entre los que se crecen ante las dificultades y para ello bastaría analizar, cuantos y cuan complejos problemas ha tenido que resolver.

Desde luego, mucho le ayuda su sólida preparación académica. Por lo que sería casi imposible llegar a ver a un Felipe Calderón a merced de los periodistas, ridiculizado por no tener conocimientos suficientes para citar tres libros que le hayan marcado en la vida, como le sucedió a Peña Nieto.

Cuestionado mil veces por los medios de comunicación respecto a la “estrategia” utilizada para combatir al crimen, mil veces ha respondido que el problema central radica en el crimen organizado mismo, más que en la estrategia. Y que el problema urgente era atacarlo, -cosa que él ha hecho sin reparar en riesgos personales-. Obviamente Felipe Calderón es  un político valiente.

Estos cinco años también han sido de odios, insidias,  calumnias y mentiras descomunales, por parte de quienes no lograron ganar la Presidencia de la República en el 2006. La mayor mentira que se inventó fue que López Obrador era el “Presidente legítimo”, contrariamente a la afirmación de las autoridades electorales,  los medios de comunicación, observadores de todo tipo y nacionalidad, representantes de los propios partidos y quien sabe cuantos más. A la mentira le siguió el sabotaje continuo al gobierno y con él a México. Y la actitud del Presidente Calderón ha sido la de un demócrata, de respeto absoluto a sus detractores.

Un grupo de activistas denunció ante la Corte Internacional al  Gobierno Federal y al Presidente Calderón por supuestos crímenes de lesa humanidad. Se trata de un documento sin pies ni cabeza, que busca fijar la idea de que la violencia la propicia el gobierno y justificar indirectamente los crímenes de los narcotraficantes. Esto, y atribuir al Presidente la responsabilidad por la muerte de 50,000 personas, es una calumnia que no convence a nadie que tenga un mínimo de inteligencia; Felipe Calderón ha demostrado ser un hombre que respeta la ley, muy lejos está de ser  un asesino.

Por último, en lo referente a la crisis económica mundial, donde la  izquierda recalcitrante pretendía culpar de incompetencia al gobierno, a toro pasado se  ha comprobado que se supo manejar la situación de tal forma que la economía mexicana resultó muy protegida, a diferencia de otros países.