martes, 28 de febrero de 2012

175.- SIN TI, DE MÍ. ¿QUE FUERA?


Este tiempo de cuaresma nos invita a mirar lo que está mal dentro de nosotros mismos y a esperar que Dios nos renueve con espíritu firme.
  
Pequé, Señor; mas no porque he pecado
de tu amor y clemencia me despido;
temo, según mis culpas, ser perdido,
y espero en tu bondad ser perdonado.

Recélome, según me has esperado,
ser por mi ingratitud aborrecido,
y hace mi pecado más crecido
el ser tan digno Tú de ser amado.

Si no fuera por Ti, de mí, ¿qué fuera?
Y a mí mismo de mí, ¿quién me librara
si tu gracia la mano no me diera?

Mas ¡ay! A no ser yo, ¿quién no te amara?
Y si no fueras Tú, ¿quién me sufriera?
Y a Ti, sin Ti, mi Dios, ¿quién me llevara?

(Soneto de Luis de Góngora)

      

sábado, 4 de febrero de 2012

174.- CREO EN TI

Hay días en los que se piensa: es bueno  orar y otros en que se confirma que siempre hay que rezar.   Hagámoslo hoy con el Papa Clemente XI

Creo en ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza;
espero en ti, pero ayúdame a esperar sin desconfianza;
te amo, Señor, pero ayúdame a demostrarte que te quiero;
estoy arrepentido, pero ayúdame a no volver a ofenderte.

Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima;
que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda.

Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo quiero yo,
precisamente porque lo quieres Tú, como Tú lo quieras y
durante todo el tiempo que lo quieras.

Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores,
comprensivo con mis colaboradores, solícito con mis amigos
Y generoso con los que se dicen mis enemigos.

Ayúdame, Señor, a superar con austeridad el placer, con
generosidad la avaricia, con amabilidad la ira, con fervor
la tibieza.

Que sepa yo tener prudencia, Señor, al aconsejar, valor en
los peligros, paciencia en las dificultades, sencillez en los éxitos.

Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad futura.

Concédeme, Señor, una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio  y así obtener tu gloria.